domingo, 11 de marzo de 2012

Full Moon

Y lloré hasta que me ardieron los ojos, lágrimas parecían gotas de sangre rodando por mis mejillas. Veía mis puños rojos de tanto golpear las paredes y no sentía ningun dolor. Más que ese, lascerante en mi pecho, cómo un hierro candente. Una de las mayores impotencias qué sentí en mi Vida.
En ese instante, cuando mi llanto desconsolado iba al son de la tormenta en el exterior, esa Fuerza invadiendo cada una de mis células me purificaba. Y nuevos ojos miraron la Realidad.

Hay algo qué debés entender de mi. Hay instantes en los cuales voy a hablar con otra voz y decir verdades qué tal vez, no quisieras oir. Recuerdos qué recuperarás y van a doler, cómo dolieron en su momento. Sentimientos qué no vas a frenar, no importa cuanto intentes.

Yo te voy a cuidar para siempre y te prometí, ni una gota negra volverá a mancharnos otra vez. Eso es un juramento. No importa qué ocurra, nuestra fortaleza va a protegerte y a los qué amamos. Seres qué no lo entiendan e intenten lastimarnos, se desintegran en el acto. Y no habrá quien pueda separarnos esta vez. Dejalos qué vengan.

Nueva oportunidad, cómo vos decis, para "Set the score".

Si bien ahora tu tristeza impera, yo estoy tranquilo. En lo qué puedo, obviamente. Pero no somos piezas de ajedréz en el juego mortal del Destino.

No llorés más por lo qué pasó, ya es parte de la historia.



Una vez, mirando las estrellas fuera de nuestro hogar, estaba tendido entre una manta oscura que traje de la cama. Y la luna era tan blanca y pura que su sóla Luz impregnó cada uno de mis pensamientos. Y si bien, añoraba... ella lejos estaba tambien mirando. Nunca estuvimos sólos. Eran los únicos instantes de Paz completa. El dolor volvía a la tierra y curaba. Era feliz.

Ese amor es lo más fuerte qué existía.
Lo desvalorizan y subestiman.
Porque la familia lo es todo e indestructible.

Te amamos. Y yo te amo más.